viernes, 27 de septiembre de 2013

Capítulo dieciséis. ¡¡Vendetta!!

Asi fue, como mi castigo consistio en ser la asistente del profesor mas malhumorado y huraño de la escuela durante una semana.
Aunque sin duda fue, uno de los castigos mas increibles y divertidos de mi vida.
Nada mas acabar las clases, debia ir a la Clase de Defensa Contra Las Artes Oscuras y entrar en ella.
El profesor Doge solia estar revisando trabajos o examenes. Lo cual era la parte del castigo mas aburrida, en la cual le ayudaba a archivar y a revisar examenes. De vez en cuando elegia la respuesta de algun alumno y me la plateba y yo debia decirle si estaba bien o mal.
Falle unas cuantas veces, por supuesto, pero tambien aprendi muchisimo con aquel ejercicio.
Despues le acompañaba hasta su despacho, en el cual me hacia recoger sus instrumentos y mientras me explicaba que eran objetos magicos antiguos que ayudaban a percibir la magia oscura o detectar maldiciones o seres peligrosos cerca de ti. Tambien me mostro algunos seres de cursos superiores como Kappas, biablillos de Curnualles. Doxis, hadas vengadoras y molestos gnomos. Por supuesto tenia seres mas peligrosos, pero decia que les hacia reservar fuerzas para enfrentarse a los alumnos mas mayores. Al parecer en cursos venideros, tendriamos que aprender a defendernos mediante mas practica que teoria de seres tenebrosos.
Despues de eso, acabamos sentados hablando animadamente sobre mis dudas de clase o curiosidades que me contaba el profesor Doge de experiencias personales mientras el se tomaba un cafe y yo un batido de vainilla. Tambien solia poner galletas de chocolate para picar.
Sin duda, era el mejor castigo de todos y gracias a el pude ver el trasfondo del profesor Doge. El hombre amable, trabajador, inteligente y curioso que habia bajo aquella fallacha terrorifica de mal humor, repelencia y frialdad.
Me sentia rara, ya que parecia ser la unica que habia traspasado sus barreras y mas de una vez me preguntaba porque seria.
Pero no era  algo a lo que le diera muchas vueltas.
La ultima noche, la del viernes, como castigo estuvimos callados mirando las llamas chispear mientras las salamandras de fuego jugueteaban entre los troncos.
-¿Alguna vez ha pensado, señor, en salir del castillo y seguir viendo mundo?-Pregunte algo distraida mientras observa una salamandra perseguir a otra y enzarzandose en una amistosa pelea.
El profesor Doge tardo un poco en contestar mi pregunta.
-El mundo fuera de estas paredes es demasiado aburrido. Aqui al menos, se que me gusta lo que hago y no me arriesgo a aburrirme-Contesto.
-¿Y que hay de la monotonia?-Pregunte.
El profesor Doge se echo a reir.
-En Hogwarts nunca hay monotonia. Es algo que aprenderas con el tiempo-Me aseguro con una sonrisa.
Asenti con la cabeza y sonrei.
-Supongo que tiene razon.
Y ahi se acabo nuestra conversacion.
Poco despues le ayude a recoger unas cuantas cosas y me fui, despidiendome de el y deseandole buenas noches y hasta el dia siguiente.
El me deseo igual y mi castigo acabo, molestandome mas de lo que llegara a imaginar. Pero no quedaba otra, a no ser que volviera ha hacer una travesura.
Sonrei, puede que tuviera ahora mas ganas de romper las reglas si eso significaba tener tan buenos castigos.

-¿Has puesto todos los calderos junto a las armaduras del tercer piso?-Le pregunte a Eric.
Este asintio con la cabeza mientras corriamos subiendo las escaleras justo despues de comer en un pequeño grupo un poco mas grande del que soliamos formar Eric y Cloe.
-Los hemos puesto Clarie. Relajate-Me pidio Sam.
Le sonrei timidamente. Normalmente Sam me parecia un tanto intimidante, aunque era muy amable y dulce. Cloe siempre decia que era como un oso que en realidad era un trozo de pan.
-¡Esto va a ser divertido! ¡Tengo ganas de ver la cara de los Slytherin!-Dijo Bonnie dando saltitos.
Alex asintio sacudiendo sus trenzas y se echo a reir entre dientes.
-Suerte que Nina no sabe nada porque si se lo contara a Corina esta se lo contaria a Umbridge. Es un tanto pelota con ella-Dijo Alex con la nariz arrugada al decir Umbridge.
Sin duda odiabamos a las Slytherin, sobretodo a las chicas, aunque Rosier quedaba casi a la altura en mi lista.
Nina y Corina, las gemelas de Gryffindor y Slytherin eran una extraña combinacion en Hogwarts. Nina era simpatica, buena, divertida, un tanto criticona y repelente a veces, pero habia sido mi compañera de habitacion casi todo este curso y habia sido una buena compañera. Con su hermana Corina solo habia estado un par de veces en el patio o en los partidos de Quidditch, pero soliamos evitarnos a la hora de mirarnos o hablar. Sabia que no le caia bien por ser hija de muggles, aunque sobretodo tenia que ver con el hecho de que Miriam Umbridge me odiara.
Corina solia ir con Miriam cuando no estaba con Nina y por lo que sabia, eran compañeras de habitacion. Aunque a Nina no le gustaba mucho las chicas de Slytherin, mas de una vez habia ido con ellas porque Corina se lo pidio. Y por supuesto, fue aceptada porque era sangre limpia.
Por ello, no habiamos contado con Nina para esta broma, porque ella se lo diria a Corina igual que le habia contado que dormia con Cloe.
No me habia enfadado del todo con ella, porque ella se sintio avergonzada al saber lo ocurrido con Rosier y Umbridge y se enfado con Corina por contarle ese secreto.
Cloe se enfado mas que yo, a pesar de ser alguien mas tranquila. Supongo que estaba tan cansada del tema que le dije que dejara el tema, dejara a Nina y se olvidara.
-¿Y si nos pillan los profesores?-PREgunto Ian con algo de miedo.
Sin duda, no queria que le castigaran. Al ver el rostro preocupado de mis compañeros, supe que a ellos les ocurria igual.
-Peeves se levanto gracioso esta mañana. Vamos-Dije llegando al pasillo de armaduras del tercer piso.
Los calderos con pocion fijadora estaban escondidos tras las armaduras.
-Ponedlos en fila-Ordene.
Cinco calderos fueron colocados en mitad del pasillo.
-Sacad las varitas-Continue.
Todos sacaron las varitas.
-Ya conoceis el resto.
Todos asintieron y señalaron con las varitas los calderos.
-Wingardium leviosa-Dijimos a la vez.
Los cinco calderos se alzaron en el aire con mas seguridad unos que otros.
Sonrei a Eric y Cloe.
-Perfecto.
Ambos me devolvieron la sonrisa.
Ian vino corriendo del final del pasillo.
-¡Ya vienen!-Susurro.
Asenti con la cabeza.
-Esta bien, escondeos tras las armaduras y desaced el hechizo nada mas esten debajo ¿de acuerdo?
Mis compañeros asintieron, excitados por la travesura y se escondieron tras una fila de armaduras.
Eric, Cloe, Ian y yo tras otra.
-Como nos decubran nos va ha caer un castigo que...
-¡Oh! Vamos Ian-Proteste en un susurro a nuestro amigo. Le sonrei-Diviertete un poco ¿quieres? Ya te dije que Peeves estaba gracioso.
De repente, las voces de los Slytherin llegaron hasta nosotros.
-¿Porque me habra llamado ese estupido de Peter Audrey?-Protestaba Rosier-¡Es un friki! No se ni porque venimos...
-¿Y que querra de mi?-Salto Umbridge con tono mordaz.
Sonrei de manera traviesa y me asome por una estatua para mirar a mis amigos de enfrente. Estos estaban entre euforicos, asustados y con ganas de echarse a reir. Les comprendia.
La pareja de Rosier y Umbridge se acercaban a pasos acelerados.
Estaban muy cerca.
Alce la mano y justo en el momento indicado, alce el pulgar.
Los cinco calderos cayeron al suelo y volcaron todo su contenido sobre las dos figuras que se congelaron con aquella pocion verdosas. Soltaron un grito asustados.
Me mordi el labio para no estallar a reir.
Una gran bolsa fue empujada hasta parar frente a los pies de la pareja.
-¡Explaio!-Susurre señalando la bolsa.
Esta estallo en un monton de plumas que llevaba en su interior y cubrio a la pareja que volvio a gritar.
Me aguante la risa mientras saliamos de detras de las armaduras.
-¡Retirada!-GRito Eric entre carcajadas.
Los Gryffindor ahogados de la risa, salimos de nuestro escondite y nos plantamos frente a la pareja.
-Parece que Peeves esta bromista ¿no?-Dije en tono burlon ante la rabia de Rosier y Umbrisge, cubiertos de pies a cabezas por plumas.
-¡Tu!-Gruño Rosier señalandome con asco-Tu eres la responsable de esto.
Me cruce de brazos y sonrei con suficiencia.
-Demuestralo-Les rete.
Pero sono el timbre de inicio de clases.
-¡Ups! Tenemos Encantamientos y no deseamos llegar tarde-Dije y me volvi al grupo-¿Nos vamos?
El grupo seguia llorando de la risa y asintieron como pudieron.
Los Slytherin estaban peleando contra el suelo que parecia negarles el derecho de moverse.
-¡Estupida sangre sucia! ¡Sacanos de aqui!-Chillo Umbridge.
Me volvi y le sonrei con frialdad.
-No voy a ayudarte Umbridge-Sentencie con dureza-No me gustaria que mi piel de sangre sucia te tocara-Mire a Eric y Cloe-Larguemonos, no quiero llegar tarde.
Ambos asintieron. Recuperandose de su risa y echaron a andar.
Conforme ibamos hacia las escaleras para ir a Encantamientos, escuchamos los gritos de Rosier y Umbridge que me supieron a gloria.
-corramos o llegaremos tarde-Dijo Cloe aun con la sonrisa.
Asentimos conformes y juntos apretamos el paso para llegar al aula de Encantamientos.
Pero en la puerta no estaba nuestra querida señorita Silver sola, sino que estaba con el profesor Doge.
Sam, Ian, Bonnie y Alex le miraban con disimulo, alejados del resto de Griffindor.
Al acercarnos nosotros, la señorita Silver nos miro. Su fino y bonito rostro que siempre mostraba una sonrisa, estaba disgustado y serio. Mas serio de lo que habia visto nunca.
Oh, oh.
El profesor Doge hizo girar su silla para seguir la direccion de la mirarda de la señorita Silver. nos miro de arriba a abajo y su mirada se centro en mi.
-Vosotros tres-Dijo con dureza señalandonos-A mi despacho, ahora.
Mire a mis amigos con arrepentimiento.
No queria meterlos en esto, no otra vez.
Cloe se encogio ante la intensidad de su mirada. Pero Eric se enfrento a ella con dureza.
-No le importa ¿verdad Arabella?-Pregunto mirando a nuestra dulce y divertida profesora de Encantamientos.
Esta nego con la cabeza.
-Para nada Matthew, llevatelos-Dijo en tono firme. Entonces se volvio al resto de la clase y les sonrio con dulzura-Vosotros entrad chicos.
Nuestros amigos nos miraron con arrepentimiento justo antes de entrar. Sam le dio unas palmadas a Eric en la espalda y entro.
-Vamos-Gruño el profesor Doge.
Con un respingo, nos pusimos todos en marcha siguiendo su silla hasta bajar al primer piso.
Algunos alumnos rezagados nos miraban con curiosidad. Seguramente no era muy normal ver a chicos de primero con el profesor Doge. Ademas tenia pintas de estar enfadado.
Llegamos al pasillo donde estaba su despacho y como si fuera un Deja Vu, entramos en ella por delante del profesor y nos sentamos exactamente donde la ultima vez.
El profesor Doge tomo su asiento habitual.
Su despacho no habia cambiado un apice desde la semana pasada.
-Pense que tardariais un poco mas en volver aqui, chicos-Dijo el profesor Doge con un suspiro cansado. Nos miro alternativamente-¿Alguno me explica que le habeis hecho al señor Rosier y la señorita Umbridge en el pasillo del tercer piso?-Pregunto.
Nos miramos con fingida confusion.
-¿Rosier y Umbridge? ¿Que a ocurrido? Llevamos sin verles desde esta mañana en el Gran Come...-Comenzo a mentir Eric con total confusion e indiferencia.
El profesor Doge rondo los ojos.
-Ese numerito no funciona conmido Eric, veo una mentira a la legua-Le especto.
Eric pego un respingo al ver que habia dicho su nombre, no su apellido al referirse a el.
El profesor Doge se volvio hacia la temblorosa Cloe.
-¿Vas a ser tu sincera en la historia o tambien me vas a mentir?-Pregunto el profesor Doge.
Cloe dudo mirandose las manos. Entonces apreto los puños y miro con decision al profesor Doge.
-La ultima vez que les vi estabamos en el Gran Comedor. Como ha dicho Eric-Dijo con firmeza, aunque vi algo de vacilacion en su voz.
Trate de no sonreir y parecer tan confusa como mis compañeros.
El profesor Doge se froto las sienes con los ojos cerrados.
-Clarie, dime que ha ocurrido. Aunque si vas a mentir, mejor no digas nada-Dijo con cansancio.
Sonrei sin poder evitarlo esta vez.
-¿De que se nos acusa?-Pregunte, aun asi.
El profesor Doge abrio los ojos y me miro fijamente.
-Sabes perfectamente de que-Dijo con su voz dura y profunda, pero pude ver una media sonrisa en sus labios-¿Fue idea tuya?-Pregunto.
Sonrei un poco mas.
-Es posible....
el profesor Doge sonrio.
-¿Tanto te gustaron mis castigos que quieres volver a quedarte una semana encerrada por la tarde durante dos horas todos los dias?-Pregunto.
Me encogi de hombros.
-No estoy diciendo que lo haya hecho yo. Pero se que necesitan un culpable y no me importaria asumir ese castigo de manera voluntaria y desatendida-Dije tratando de no sonar burlona.
El profesor Doge amplio su sonrisa y arqueo las cejas.
-¿Solo vas a asumir tu la culpa? Habia cinco calderos en el pasillo, no uno. Es un poco complicado que tu sola hayas...-Comenzo.
-Lo hice sola-Dije rapidamente.
-¡Eso no es asi!-Me corto Eric. Le fulmine con la mirada-¿Yo le ayude!-Me miro con el ceño fruncido-No vas a asumir todo el castigo tu sola...
-Eric...-Comence a protestar.
-Yo tambien les ayude-Dijo Cloe con timidez.
Me volvi hacia ella.
-¡Cloe no!-Proteste-Lo hice yo sola profesor Doge y....
-Estoy seguro señoritas y caballero de que hay mas culpables-Me corto el profesor Doge con paciencia. Entrelazo los dedos en la mesa-¿Quien mas fue?
Nos miramos los unos a los otros. Me mordi el labios, no podiamos delatarlos.
-Solo nosotros-Dijo Eric con firmeza.
-Si, solo nosotros-Asegure.
Cloe asintio, estando conforme.
El profesor Doge se quedo un rato pensativo, mirandonos de uno en uno. Valorando nuestros rostros y nuestras expresiones, en busca de una duda o una confesion mejor.
Se rindio con un suspiro y se apoyo en el respaldo de la silla.
-Esta bien, una semana de castigos para cada uno-Nos guiño un ojo-No os quitare puntos, ya que aceptais de manera desentendida el castigo hasta encontrar a los verdaderos culpables. Ahora, id a clase de Encantamientos.
Los tres asentimos y abrimos la puerta para salir.
-Hasta el lunes chicos-Dijo el profesor Doge.
-Hasta el lunes-Murmuraron Cloe y Eric y salieron.
Dude con la puerta en la mano.
Me gire para mirar al profesor Doge.
Este estaba esperando una despedida por mi parte, seguramente.
-Gracias profesor Doge-Dije y sonrei de oreja a oreja-Espero que esa misteriosa pocion tarde dias en irse.
El profesor Doge solto una ronca carcajada.
-Vayase antes de que cambie de opinion, señorita Wolf.
Asenti con la cabeza sin dejar de sonreir y sali cerrando la puerta.
Corri hasta llegar junto a mis amisgos que me esperaban al final del pasillo.
-Me va cayendo cada vez mejor este profesor-Dijo Eric con una gran sonrisa.
Cloe asintio y sonrio debilmente.
-Aunque nos castigue-Le recordo.
Me eche a reir, mas feliz que nunca por librarme de una bronca por aquella broma. Pase los brazos por los hombros de mis amigos. Obviamente con Eric me costo un poco mas.
-Sera increible esa semana. Aprendereis un monton de cosas. El profesor Doge es increible, de verdad. Merecera la pena-Entonces volvi a reirme y sacudio la cabeza-Bueno, ya valio la pena al ver la cara de Rosier y Umbridge.
Mis amigos se echaron a reir.
-Creo que lo recordare hasta el dia de mi muerte-Reconocio Eric.
-Si algun dia te casas, contare esta historia en tu boda-Dijo Cloe entre risas.
La mire fingidamente escandalizada.
-¿Quien a dicho de casarse?-Solte.
Cloe se echo a reir de nuevo, acompañada de Eric. El cual pego un tiron a mi trenza.
-Algo me dice que nos vas a meter en mas de un lio-Me reprocho Eric.
Le sonrei ampliamente.
-Eso ni lo dudes Royden-Conteste.
Cloe me empujo con su hombro. La mire.
-Somos un equipo-Dijo guiñandome un ojo.
La estreche mas contra mi.
-Si, un equipo que mola mogollon-Añadi.
Eric sacudio la cabeza.
-Genial y soy el unico chico-Protesto.
Negue con la cabeza.
-En realdiad no-Me miro confundido-Tienes a Nuts.
El huron, al escuchar su nombre salio de su escondite en el bolsillo interno de mi capa.
Eric se echo a reir y sacudio la cabeza de nuevo, mirando al cielo como haciendo una plegaria.
-Estupendo. Dos tias locas, un huron y yo. Esto sera interesante.
-¡Eh!-Protesto Cloe-¡Loco tu!
Eric se echo a reir y sacudio su cabello.
-Calladita estas mas guapa, primita-Le replico Eric.
Cloe se hincho de enfado y se puso colorada.
Ambos se soltaron de mi y contemple con una sonrisa como Cloe encorria a Eric y este se reia de ella por su lentitud.
Puse los ojos en blanco.
Quien iba  adecir, que tener amigos iba a ser asi. Tan extraño, tan divertido, tan molesto, incordiante , pero sobre todo... tan increible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario